viernes, 10 de septiembre de 2010

Clase 22 - GC 2010

AMENSE
Juan 13:31-38

Jesús sabía perfectamente que su misión estaba muy cerca de llegar su fin, que lo más difícil estaba por llegar, que no sería nada fácil pero estaba decidido alcanzar la meta. Es un gran ejemplo a seguir, porque todos nuestros proyectos tienen obstáculos, momentos adversos, pero debemos estar decididos llegar hasta el final, no claudicar ni renunciar, sino seguir avanzando paso a paso, no importa lo que sientas, veas o escuches, debes luchar y conquistar tu sueño.

Jesús sería glorificado por el Padre, y Jesús estaba glorificando al Padre con su obediencia hasta la cruz. Nosotros debemos glorificar al Padre con la obediencia, con confiar y creer en Su Palabra, en sus promesas. Cuando confiamos con todo nuestro corazón que Él es fiel, ésta actitud de fe glorifica al Señor. Jesús sabía que ya estaba llegando el tiempo de irse a la diestra del Padre y que en ese momento no podrían acompañarlo, hasta el tiempo marcado por Dios en el Rapto. 1Tesalonicenses 4:13-18

Jesús en cada oportunidad que tenía les decía a sus discípulos la importancia del amor, de amarse unos a otros, no es fácil ésta orden pero si es posible porque Dios sabe sí podemos hacerlo cuando queremos. El amor es la característica de los seguidores fieles de Jesús, es lo que la gente espera ver de nosotros y en nosotros. Debemos dar del amor que el Señor nos dado. La única forma de dar amor incondicional es teniendo en nuestra vida a la fuente de ese amor y es Jesucristo. Es necesario mantener una relación íntima con Él para seguir fluyendo en el amor de Dios, en el amor incondicional.

Estaban muy intrigados los discípulos del lugar a dónde iría Jesús, y confirmo que llegarían también a ese lugar con el Padre. Pedro quería seguir a Jesús y hasta dar la vida por Él, estaba lleno de euforia y ánimo es ese momento. ¿Tú darías la vida por mí? Fue la pregunta del Señor, y de inmediato le dijo que lo negaría tres veces. Qué triste es pensar que en la actualidad algunos cristianos están dispuestos a todo por el Señor y en la primera prueba de la fe claudican o lo peor de todo, se alejan del Señor y regresan a la vida antigua del alcohol, drogas, sexo, entre otras cosas ilícitas.

¿Cómo esta tú amor por Jesús? ¿Estás dispuesto a dar tu vida por Él? ¿Cuántas veces lo has negado ante tus amigos, compañeros o tú propia familia? En cada prueba tenemos la oportunidad de testificar de su amor y fidelidad, porque nos fortalece y levanta el ánimo. Demostremos con hechos que amamos a nuestro Señor y que queremos seguirlo a dónde Él nos lleve y llegar hasta el final.

Amemos a Dios y a los demás pase lo que pase, sientas o no lo sientas. El amor se demuestra con hechos todos los días y en cada momento. El amor es una decisión que se demuestra con las acciones que haces por los demás. Cuando sirves en la congregación demuestra tu amor a Dios y a tú prójimo.

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