viernes, 10 de septiembre de 2010

Clase 24 - GC 2010

LA PROMESA DE JESUS
Juan 14:15-31

Todo el ministerio de Jesús fue bajo la unción del Espíritu Santo y hoy nosotros debemos servirle bajo la misma unción, porque el Padre nos lo ha dado igualmente para que sigamos con la encomienda de la gran comisión. Juan 3:34, 1Juan 2:20

(v.15-24) Dios espera que le demostremos amor cada día con hechos y acciones que respalden nuestra obediencia total a Él. Sin amor es imposible obedecer a Dios. “Guardar” los mandamientos significa obediencia en todo de manera constante. Dios derrama todo Su amor y poder donde hay “amor”, se manifestará de manera sobrenatural en nuestras vidas y a través de nuestras vidas. Y como dice la frase, “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Cada día es una oportunidad para demostrar nuestro amor a Dios con actos de obediencia. 1Juan 5:3

Jesús sabía que partiría muy pronto con el Padre, y remarco claramente que no nos dejaría solos, que él pediría al Padre que enviará a otro consolador que estuviera CON nosotros (compañía), EN nosotros (salvación) y SOBRE nosotros (unción). No podemos vivir una vida cristiana victoriosa y llena de satisfacciones en la vida, sin el Espíritu Santo y sin Su Palabra. Jesús lo sabía muy bien, por eso rogo al Padre que no nos quedáramos huérfanos y en el tiempo señalado por Dios llegó nuestro Consolador.

El Espíritu Santo nos acompaña siempre, fortalece, nos enseña y nos recuerda las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo que hemos leído y obedecido, que están en nuestro corazón. Cuando obedecemos la Palabra no tan solo se queda en nuestra mente sino que entra y se hace uno en nuestro espíritu, y esa es la Palabra que el Espíritu Santo usa para manifestarse con poder en nosotros.

(v.27) Una de las cosas que pierden las personas cuando están en medio de la angustia y la adversidad, es la paz. Jesús nos dio Su paz y no es como el mundo la da ni el dinero ni cualquier cosa, porque es pasajera e inestable, pero la que Dios da es permanente, pase lo que pase. Por tal razón debemos estar tranquilos y sin miedo, sin claudicar, porque meditar y permanecer en Su Palabra nos da paz. Isaías 26:1-4

(v.28-31) Cuando amamos a Dios, sus planes y proyectos nos causan alegría porque sabemos que todo tiene el único objetivo de bendecirnos, darnos bienestar en el presente y en el futuro. Las palabras proféticas que dijo a sus discípulos todas se cumplieron y esto confirmó más la fe de ellos. De igual manera todas las promesas de Dios se cumplen en el tiempo señalado para que nuestra fe siga creciendo y fortaleciéndose cada vez más. Jeremías 29:11, 2Corintios 1:20

El maligno no tuvo ningún derecho legal sobre Jesús porque no le dio ningún motivo para hacerlo, porque fiel a Dios y obediente hasta la muerte en la cruz. El diablo no tiene ningún derecho sobre los obedientes y no los puede tocar. 1Juan 5:18, Efesios 2.1-5

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