viernes, 2 de julio de 2010

Clase 18 - GC 2010

QUEREMOS VER A JESUS
Juan 12:20-36

A lo largo de la historia humana han surgido muchas y diferentes religiones, y seguirán surgiendo porque hay una gran necesidad de Dios en el interior de las personas que buscarán en todas las formas posibles de saciar su sed espiritual. El maligno se aprovecha de ésta necesidad y les engaña dándoles falsas esperanzas mostrándoles un dios falso, para llenar su corazón con amargura y resentimiento contra el verdadero Dios.

La fama de nuestro Señor había crecido de una manera impresionante por todos los milagros, señales y maravillas que estaba haciendo a favor de la gente. Unos griegos fueron a la fiesta de adoración y hablaron con Felipe diciéndole: “…, queremos ver a Jesús”, y esa es la frase que hoy en día la gente dice en su interior en medio de tantas propuestas religiosas que han surgido, aún en el mismo cristianismo.

La gente quiere VER a Jesús en nuestra manera de vivir, pensar, hablar, en nuestro comportamiento, en nuestras relaciones, en nuestro matrimonio y Familia, es decir, en todo lo que se relaciona con nuestra vida. Jesús debe crecer en nuestra vida y nosotros menguar cada día. ¿A quién ven las personas en ti, tu matrimonio, tu familia y en tu hogar? ¿A Jesús?

(v. 24) Jesús comenzó hablar de su muerte que estaba muy cerca y que era necesario que Él muriera para cumplir con la misión por la que fue enviado. Hay un principio importante en el grano de trigo para que dé fruto, y es que debe caer a tierra y morir. En ésta caso el fruto sería el perdón de pecados y la vida eterna. Para nosotros los cristianos, la vieja naturaleza pecaminosa debe morir, debemos crucificarla para que podamos dar buen fruto en nuestra vida, pensamientos, palabras y acciones.

Por los frutos seremos conocidos, y Dios está esperando buen fruto cada día y en cada momento de nuestra vida. La obediencia produce buen fruto y madurez en nosotros. El que verdaderamente conoce a Dios cumple Su Palabra, la obedece y se somete totalmente a ella. Entre más conoces a Dios, más lo obedeces y tu vieja naturaleza se mantiene en la cruz, porque ahora somos nuevas criaturas y hemos resucitado juntamente con Cristo. Ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros, y vivimos una vida resucitada en Él. Mateo 7:21, Mateo 12:33-37, Juan 8:54-55, Juan 14:15, Gálatas 2:20, Romanos 6:5-8.

Para servir a Jesús debemos seguirlo a dónde Él vaya y en cualquier condición, pero la realidad es que no todos deciden seguirlo y se refleja en el servicio, la mies es mucha y pocos los obreros. Hoy es el tiempo para compartir, es el tiempo para trabajar en Su Reino porque muchos se están perdiendo eternamente al morir sin Cristo. Demos fruto en nuestra vida pero también fruto en el evangelismo, de hijos espirituales. Debemos morir al egoísmo y a la comodidad para dar el fruto de hijos espirituales.

Y tú, ¿Estás dando fruto en tu vida? ¿Estás dando fruto de hijos espirituales?

En toda tu vida cristiana ¿Cuántos has ganado para Cristo que permanecen y le sirven?

O ¿Tienes un cristianismo estéril?

– Jesús nos desafía a vivir un cristianismo al cien.

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