viernes, 25 de junio de 2010

Clase 17 - GC 2010

BENDITO EL REY DE ISRAEL
Juan 12:12-19

Las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías se cumplieron al pie de la letra con Jesús. A lo largo de su ministerio hizo muchos milagros y la gente lo seguía a donde Él fuere, porque muchos habían creído por el poder Dios manifestado. Los jefes de los sacerdotes estaban en desacuerdo, por eso intentaban matarlo.

Jesús fue a Jerusalén y entro montado en un burrito como dicen las Escrituras, y la gente salió a su encuentro para recibirlo con palmas gritando alabanzas. Esa gente que le gritaba ¡Hosanna!... esa misma le gritó tiempo después que lo crucificaran, le dieron la espalda. Es posible que algunos o muchos de ellos recibieron un milagro de parte de Dios, pero se dejaron llevar por la mayoría o por el que dirán. Hoy sucede lo mismo, el Señor responde a las necesidades de las personas y luego le dan la espalda, alejándose de Él u olvidándose de los beneficios recibidos.

El Salmo 118:25-26 y Zacarías 9:9, son las Escrituras que se cumplieron con Jesús, que entraría montado en un burrito y que la gente glorificaría a Dios porque reconocían que Jesús era un hombre enviado por Dios y que era el Rey de Israel. Las personas querían ser libres de la opresión y la mano dura de los romanos, por eso les urgía tener un Rey, pero no entendían la dimensión espiritual, pues su mirada estaba puesta en lo físico, en lo material. No pudieron discernir que estaba frente a ellos el Rey de Gloria.

Hoy en día las personas no entienden la dimensión espiritual y solo quieren que Jesús les ayude a resolver sus problemas aquí en la tierra, pero no piensan en el problema más importante que deben resolver, librarse de la muerte eterna por causa del pecado después que mueran físicamente. Jesús vino a darnos vida, y vida en abundancia, para que fuéramos libres del pecado y de la muerte.

Los discípulos entendieron todo lo que estaba sucediendo después que Jesús fue glorificado, es decir, después de la resurrección Jesús subió al Tabernáculo espiritual que esta el cielo para presentarse como Sumo Sacerdote y como Cordero sacrificado al mismo tiempo; presento su sangre preciosa y el Padre vio que era sin mancha, y de inmediato lo glorificó entregándole un Reino, Poder y Autoridad para gobernar eternamente. Después que fue glorificado bajó a la tierra y se presentó a los discípulos para entregarles la Salvación al recibir la Presencia del Espíritu Santo. Juan 20:15-17, Daniel 7:13-14, Hebreos 9:24-28, Juan 20:19-22.

La resurrección de Lázaro fue muy sonado en esa época y la gente que presenció el milagro fueron los que comunicaron la señal amucha gente, por eso salían a su encuentro para conocerlo y recibir un milagro también. Los Fariseos no podían hacer nada a ésta ola de testimonios acerca de Jesús. Nosotros debemos ser así, personas que hablan de un Jesús resucitado, que vive por siempre, que es el mismo ayer, hoy y siempre, y que quiere hacer un milagro en las vidas de las personas que aún no le conocen. No nos quedemos callados, prediquemos a Jesús.

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