DIOS ACTUA SIN DEMORA
Juan 11:38-44
Vivimos en el tiempo de lo “Express”, de lo instantáneo, de lo rápido, y eso hace a la gente impaciente y desesperados, porque no les gusta esperar ni un minuto, y eso en las cosas espirituales es contraproducente porque trae desánimo en los creyentes y piensan que Dios no escucha o no quiere responder. Marta y María querían que Jesús viniera a sanar a su hermano en cuanto se enterara de la situación y la gravedad.
Jesús llegó cuatro días después de la muerte de su amigo Lázaro y fue al sepulcro que era una cueva tapada con una piedra, la cual ordena el Señor que la quitaran. Marta fue la primera en oponerse porque ya olía muy mal. Ella no estaba viendo lo que Jesús estaba viendo en el ámbito espiritual, no veía a un muerto sino a un hombre resucitado por el poder de Dios, Marta solo veía a un muerto en descomposición. Para que los milagros sucedan debemos ver lo que Dios está viendo en su infinita bondad y misericordia.
(v.40) Cuando vemos con los ojos de la fe podemos ver la gloria de Dios, que es Cristo Jesús. Marta no creyó en el poder de Dios para resucitar muertos en el tiempo presente y no en el día de la resurrección de los muertos, cuando Cristo venga por Su iglesia. Marta no había entendido bien la doctrina que Jesús les enseñó. Cuando no entiendes bien las enseñanzas de la Biblia, haces tu propia doctrina y de ahí nacen las sectas religiosas, o simplemente eres incrédulo.
La piedra es un obstáculo que representa la incredulidad que no nos deja alcanzar lo milagros que Dios quiere hacer por medio de Cristo. Jesús oró al Padre y le dio “gracias” por la manifestación de Su amor y Su poder para que la gente creyera en Él. El Señor al final de la oración dio una “orden” y gritó: “Lázaro, sal fuera”. El milagro era muy específico, era solo para un hombre y para todos los que estaban en el cementerio. Esto nos enseña que Dios quiere hacer milagros de manera específica en cada uno de sus hijos de acuerdo a sus necesidades.
La resurrección de Lázaro representa el Nuevo Nacimiento del creyente, pero salió con vendas en la cara, manos y en los pies, que representan ataduras de las maldiciones que vienes arrastrando de tu pasado por tus pecados o por la herencia de la iniquidad de tus antepasados. Jesús mando a que se las quitaran y representa que necesitamos ayuda de otros cristianos maduros para liberarnos de las ataduras.
Dios no llega tarde para hacer un milagro, siempre llega a tiempo para salvarnos, liberarnos, proveernos, sanarnos, protegernos, en fin, para lo que necesitemos, solo debemos esperar que en Su tiempo manifieste Su poder a favor nuestro cuando nos mantenemos creyendo con un corazón firme a pesar de las circunstancias adversas y contrarias a nuestra vida. Dios actúa sin demora. Isaías 60:22
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