JESUS CONSUELA
Juan 11:17-37
En las etapas de la vida cuando pierdes a un ser querido son tiempos muy difíciles de tristeza, angustia y en algunos casos de depresión. Aunque como cristianos sabemos que en un futuro no muy lejano vendrá la resurrección, siempre la ausencia de la persona que falleció se resiente y se extraña, y solo el consuelo de Dios nos fortalece y nos anima a seguir adelante con la vida.
Marta y María perdieron a su hermano Lázaro, no sabemos la razón de su muerte pero ellas tenían la esperanza de que el Maestro lo sanara como lo hizo con miles de personas. Humanamente podemos pensar que Jesucristo llegó muy tarde para la sanidad o el milagro pues ya tenía cuatro días de haber muerto su amigo, y Marta le hizo saber lo que sentía y pensaba, su actitud no fue amigable sino de reclamo (v.21-22).
Jesús no llegó tarde pues se movía en el tiempo de Dios y no en el nuestro, llegó con el propósito de consolar y activar el poder de Dios para un milagro. La mayoría de las personas se concentran en lo negativo de la circunstancia porque no ven con los ojos de Fe y con un corazón agradecido que sabe que todas las cosas ayudan para bien para los que aman a Dios.
Marta sabía muy bien la doctrina de la resurrección de los muertos en el tiempo final pero Jesús no solo se refería a ese evento futuro sino al milagro que estaba por suceder. El exceso de conocimiento bíblico sin fe es un estorbo para que Dios manifieste su poder en las situaciones difíciles o imposibles.
Jesús llamó a María y ella tuvo otra actitud ante Él, aunque dijo las mimas palabras que su hermana pero lo hizo con un corazón humilde porque se postró ante sus pies y lloró. Esa actitud tocó el corazón de Jesús y Él también lloró. Siempre la actitud de un corazón humilde toca el corazón de Dios y así debemos adorar a nuestro Señor.
Hoy no estamos solos porque Dios nos ha enviado al Espíritu Santo para que nos consuele en los tiempos de sufrimiento y dolor, solo debemos buscar Su consuelo en oración y en Su Palabra para recibir ese abrazo y frescura en nuestro espíritu, sin olvidar la actitud de nuestro corazón que debe ser humilde y totalmente dependiente de Él. Juan 14:16
Cuando la angustia vaya en aumento, no olvides que el consuelo de Dios llena tu alma de alegría. Solo tienes que buscarlo en oración y en Su Palabra. También busca apoyo de otros cristianos para que se pongan de acuerdo con tu fe y oren juntos. Salmo 94:19, Mateo 18:19-20
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