lunes, 15 de marzo de 2010

Clase 8 - GC 2010

ERA CIEGO Y AHORA VEO
Juan 9:13-34

Un ciego de nacimiento tuvo un encuentro con Jesús que cambió radicalmente su vida cuando recibió la misericordia de Dios manifestado en el milagro de su vista. Se concreto a testificar como recibió su milagro al obedecer las indicaciones de Jesús, que solo conocía su tono de voz porque estaba ciego, cuando fue sanado no lo vio.

El espíritu de religiosidad manifestado en los fariseos no aceptaba el milagro de parte de Dios a través de Jesús, porque no respetaba el sábado. Eran muy rígidos, cuadrados, inflexibles, simplemente no conocían a Dios, y era más importante sus estatutos humanos que la misma Palabra de Dios. Hoy en día hay personas muy religiosas que no aceptan los milagros y la manifestación del Espíritu Santo como persona y como Dios.

El ex ciego solo habló su experiencia con Jesús sin haberlo visto, el milagro lo llevó a creer en Él y hacerse un discípulo más (v.26-27). Decía en su testimonio: “Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo” – estaba plenamente convencido del amor y el poder de Dios, y no le importaba decirlo en público, aunque sus padres tenían miedo del alboroto.

Se atrevió a confrontar a los religiosos fariseos hablando de su fe en Jesús, creía que sí venía de parte de Dios por las señales que lo respaldaban. Finalmente lo expulsaron por profesar el milagro que recibió del Maestro.

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. Las señales, milagros y maravillas siguen sucediendo cuando clamamos con fe y sin dudar. También hay gente religiosa que piensa que todo esto archivo de la historia cristiana, que solo sucedió en el pasado. También hay expulsiones de iglesias religiosas cuando tú crees en Jesús y lo proclamas a los cuatro vientos. Pero no tan solo de las iglesias hay exclusiones sino de la misma familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo, porque somos, pensamos y actuamos diferente a ellos.

El rechazo por ser cristianos no nos debe detener jamás ni debemos avergonzarnos de ser hijos de Dios, debemos proclamar con todo nuestro ser el amor de Dios por toda la humanidad, lo que éramos antes, lo que hizo Jesús por nosotros, y ahora lo bien que estamos en Él. No te avergüences de Jesús, porque Él se avergonzará de ti cuando venga en gloria. Lucas 9:26

Si te rechazan por ser un auténtico cristiano que ama a Dios y lo demuestra con su vida, sus palabras y sus acciones, no te desanimes, al contrario, siéntete dichoso de ser vituperado por la causa de Jesús y debemos estar dispuesto a todo por amor a Él.

No dejemos de hablar del amor de Dios y de lo que Él hizo en nuestras vidas a todas las personas que tengamos contacto, para que crean en Jesús y lo confiesen como Señor y Salvador.

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