EL QUE CUMPLE MI PALABRA
Juan 8:48-59
Sigue la oposición a las buenas noticias del Reino de Dios, porque los israelitas pensaban que Jesús estaba endemoniado o bajo la influencia de la doctrina demoniaca. La religiosidad no les dejaba discernir la voluntad de Dios y los beneficios de creer en Jesús como Hijo de Dios.
No aceptaban el testimonio que Jesús compartía por mandato del Padre ni las obras de sanidad y liberación. Todas las acciones y palabras de Cristo solo buscaban honrar al Padre, lo mismo debe suceder con nosotros, honrar al Padre debe ser nuestra prioridad en todo momento. Dios honra al que le honra y le es fiel. Cuando nuestra prioridad es honrar al Señor, nuestro estilo de vida cambia y la gente ve a Jesús en nosotros, porque vivimos como vivió Él.
Los israelitas actuaban de manera religiosa porque no conocían a Dios y creían que hacían lo correcto. Jesús les aseguro que sí conocía a Dios, porque mantenía una relación íntima a diario. No podemos llegar a conocer a Dios si no mantenemos una relación de amor a través de Su Palabra y de la Oración, porque de lo contrario solo caeremos en una vida religiosa. Hoy en día hay cristianos religiosos porque no oran ni leen la Palabra, y como resultado tienen una vida inestable en sus emociones y en lo espiritual.
Jesús se refirió a la Palabra de Dios como parte muy importante para vivir en ésta vida pero también para la vida eterna, porque dijo que el que la cumpla no morirá. Hoy vemos a las personas que no leen la Palabra a diario que fácilmente de desaniman, se deprimen o simplemente mueren en el ánimo ante las circunstancias adversas de la vida. La Palabra nos muestra el corazón viviente de Dios y nos enseña a tomar decisiones correctas en la vida en cualquier ámbito.
La obediencia a la Palabra desata el poder de Dios sobre nuestra vida y activa Sus bendiciones para que las disfrutemos en ésta vida, no solo cuando estemos en la presencia del Señor, porque ahí estaremos en una fiesta eterna gozándonos en Su amor. La obediencia es parte relevante en la metamorfosis de nuestra vida espiritual, para llegar a la estatura de Cristo y que Él sea formado en nosotros. Santiago 1:22-25, Efesios 4:14-16, Gálatas 4:17-20
Los israelitas querían matar a Jesús por el mensaje que predicaba, pero en ésta ocasión no lo lograron porque aún no era el tiempo. La gente que no conoce a Dios también tratará de matarnos físicamente, como lo han hecho en algunos lugares de México y en otras naciones. Pero también tratarán de matar nuestro ánimo y nuestra fe a través de chismes, críticas, rechazo a nuestra persona, entre otras cosas. No te desanimes cuando estas cosas sucedan porque somos dichosos de ser perseguidos e insultados y padecer por Jesús, porque Él lo hizo por nosotros.
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