Clase 24 - GC 2009

NO TENGAS MIEDO
Juan 6:16-24

Cuando hay situaciones donde te sientes inseguro o que tu vida está en riesgo o en peligro, la emoción que sobresalta es el miedo, y tienes una sensación en tú estomago que te comunica dicha emoción. Por ejemplo, estas en la azotea de un edificio de siete pisos, te acercas a orilla y no hay barandal, ¿Qué sensación tienes?, ¡claro! a eso me refiero, eso es miedo. Hay un mínimo de personas que no sienten nada al respecto.

La gente seguía a Jesús por los milagros que hacía y el más reciente fue la alimentación de los cinco mil hombres, sin contar a las mujeres ni a los niños. Los discípulos salieron en una barca rumbo a Capernaúm y Jesús se quedo un rato más en tierra para orar y tener intimidad con el Padre. Mateo 14:22-23, Marcos 6:47-51

Jesús los alcanzo cuando ya estaba oscuro y a lo lejos lo vieron caminar. Hay un dicho supersticioso de los pescadores de aquellas tierras, que si ven a un fantasma en medio de una tempestad seguramente la embarcación va a morir, por eso pegaron el grito del susto que se llevaron. El Señor oyó sus gritos y percibió el miedo en ellos.

Dios oye nuestro clamor cuando estamos atribulados y desesperados, no nos ignora porque somos sus hijos amados y como buen Padre siempre buscará nuestra protección. Hay situaciones que nosotros nos metemos por nuestra imprudencia o falta de sabiduría y nos enfrentamos a las consecuencias dolorosas y lamentables. Clamamos a Dios y queremos ver respuestas instantáneas, y en ocasiones parece que el Señor no nos escucha y nos sentimos solos.

Si nos arrepentimos de nuestro error y le pedimos perdón al Señor, nos oye y nos perdona, pero seguramente enfrentaremos las consecuencias de nuestros errores, pero con la fortaleza del perdón y la restauración que solo Dios nos da. En ese proceso hay momentos que sentimos miedo pero debemos vencerla a través de la fe, de creerle al Señor en lo que nos ha prometido. El miedo es lo contario a la fe.

En la Biblia aparece más de 360 veces la frase “No tengas miedo”, significa una dotación diaria para que no perdamos la fe en Dios. Pedro le creyó a Jesús y caminó también sobre el agua hasta que dejo de creer y empezó a hundirse. Lo mismo nos puede suceder cuando dejamos de creer en el Señor, nos hundimos en los problemas y en la desesperación.

Hoy Dios nos dice nuevamente: “No tengas miedo”, no importa lo que estas enfrentando. Mejor arreglemos cuentas con Él a través de la confesión de tus errores, del arrepentimiento y pedir perdón. No te juzgues, perdónate a ti mismo, aprende de tus equivocaciones y errores, haz cambios y sigue adelante con fe. No estás solo, Dios está contigo para que camines sobre la tempestad, sobre agua, hasta que llegues al otro lado.