lunes, 1 de junio de 2009

Clase 13 - GC 2009

MI ALIMENTO ES…
Juan 4:27-38

La alimentación en el reino animal es diferente y va de acuerdo a sus necesidades físicas y al entorno donde se mueve y desarrolla. En el mar hay peces que comen peces, pero otros comen micronutrientes que el mismo mar posee. El género humano tiene una amplia gama de alimentos que van de acuerdo a su entorno y la época del año. En nuestro mismo País y Estado tenemos diferentes costumbres en cuanto a la alimentación.

(v.27 - 30) La mujer samaritana fue confrontada con su pecado y reconoció a Jesús como profeta de Dios, recibió la verdad y eso trajo un impacto espiritual en su interior porque bebió del agua que ofrece el Señor para salvación. De inmediato dejo su cántaro y salió corriendo al pueblo a compartir su experiencia con Jesús, no quiso guardarse para sí sola el gran tesoro, y así debemos ser nosotros, compartir con todos nuestro hermoso tesoro que es Jesús.

(v.31 - 34) Los discípulos trajeron comida y querían que Jesús comiera pero Él aprovecho el momento para enseñarles la importancia del alimento espiritual que es HACER la voluntad de Dios. Significa que la obediencia nutre nuestro interior y es nuestro mejor alimento porque estamos poniendo en práctica Su Palabra, porque no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Nuestro alimento es Su Palabra y ahí está Su voluntad para que la obedezcamos con todo el corazón. Deuteronomio 30:11-14

(v. 35 - 38) Jesús quería hacer la voluntad del Padre y terminar Su obra con respecto de llenar la tierra con Su gloria, que fue la orden que le dio a Adán en Génesis pero el pecado interrumpió ésta orden. Hizo referencia que es el tiempo para la cosecha, porque otros en otro tiempo sembraron ayuno, oración y la Palabra, ahora a nosotros nos toca recoger la cosecha que ya está madura y no debemos perder el tiempo en cosas que no es la voluntad de Dios.

Los que hemos nacido de nuevo somos la extensión de Cristo aquí en la tierra, por lo tanto nuestro alimento es hacer Su voluntad y terminar su obra, que más gente conozca a Jesús y lo reciba en su corazón como Señor y Salvador. Nosotros debemos seguir predicando el evangelio aunque algunas personas nos rechacen y nos critiquen cruelmente, pero no debemos avergonzarnos ni entristecernos, sino debemos sentirnos dichosos de ser maltratados por causa de Cristo. Mateo 5:3 - 12

¿La Palabra de Dios es tu alimento?
¿Hacer Su voluntad es tu alimento?
¿Estás trabajando para terminar la obra de Dios?
¿Cómo está tu espíritu, fuerte o débil?

No olvidemos que hacer la Voluntad de Dios nos alimenta y nos fortalece.

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