miércoles, 18 de febrero de 2009

Clase 6 - GC 2009

JESUS PURIFICA EL TEMPLO
Juan 2:13-25

La Pascua tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. Esta celebración está conectada con uno de los acontecimientos más importantes de la historia de Israel: el éxodo de los hebreos, tras su esclavitud en Egipto. Éxodo 12

Asociado con la Pascua estaba la ofrenda anual en el templo (Éxodo 30.13-16), y ambas tenían lugar en Jerusalén. Los peregrinos que viajaban a Jerusalén para estos acontecimientos religiosos tenían que cambiar su dinero romano por el medio siclo judío.

Debido a que a los judíos se les exigía por ley gastar una décima parte de sus ingresos en Jerusalén (Deuteronomio 14:23–27), los ciudadanos de Jerusalén muy gustosamente satisficieron las necesidades de los visitantes. Esto incluía venderles (con amplias ganancias, desde luego), a los que acudían a adorar, los animales que necesitaban para los sacrificios (Juan 2:14).

¿Cómo reaccionó Jesús ante esta empresa religiosa? (Juan 2:15)

¿Por qué reaccionó de esta forma? (v. 16, 17, Salmo 69:9)

Los mercaderes judíos y las autoridades religiosas deben haberse indignado con la conducta de Jesús. ¿Qué sucedió entre ellos después que Jesús echó a los cambistas y a los animales del área del templo? (v. 18-21)

¿Qué efecto tuvo esto sobre los discípulos de Jesús? (v. 17, 22)

¿Cree que alguien esperaba que Jesús actuara de esa manera?

Jesús no quiere que el templo se contamine, porque dijo que en tres días levantaría el templo y se refería a su cuerpo. Después de su muerte y resurrección, todos los redimidos con Su sangre formamos parte de cuerpo (Efesios 1:22-23).

Cristo Jesús quiere una iglesia sin manchas y sin arrugas, que lava sus vestidos con Su sangre. Efesios 5:25-27, Apocalipsis 22:14, 19:6-8.

Aunque en estos tiempos la maldad se está multiplicando al igual que la ciencia, nosotros los cristianos cada día debemos purificarnos con la Palabra de Dios y con la oración en el Espíritu, esperando la venida de nuestro Señor Jesús, porque en cualquier momento vendrá. Juan 17:13-19, Efesios 6:18, Judas 20-21.

Purifiquémonos cada día viviendo en santidad, glorificando su Santo nombre a través de la obediencia total al Padre.

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