miércoles, 4 de febrero de 2009

Clase 3 - GC 2009

LOS PRIMEROS DISCIPULOS
Juan 1:35-42

Juan el Bautista tenía bien definido el concepto del “Cordero de Dios” y supo discernir exactamente quién era por la dirección del Espíritu Santo. Cuando se encontró con Jesús de inmediato proclamo que era el “Cordero de Dios”, que moriría por nuestros pecados, de acuerdo a los ritos judíos del Antiguo Testamento.

Dos de los discípulos de Juan siguieron a Jesús porque oyeron que era el Cordero Santo de Dios, en su interior sabían que era el “Cristo”, el Mesías salvador. Esta seguridad es Fe, porque creyeron que era la respuesta de Dios para Israel y para el mundo.

De inmediato Andrés le compartió a su hermano Simón su experiencia con Jesús y lo llevó a Él. Éste encuentro le cambió el nombre de Simón a Pedro. Andrés sabía quién era Jesús y eso le hizo compartir con sus seres queridos, familiares y amigos para que lo conocieran.

Nosotros debemos saber quién es Jesús para nosotros y estar convencidos de nuestra experiencia de Su amor en nuestra vida. Quizás hoy algunos no comparten de Jesús porque no saben quién es Él y qué ha hecho por sus vidas.

Cuando creemos en Jesús también nos cambia el nombre de Pecador a hijo de Dios, porque el Cordero Santo que murió y resucitó me ha salvado y lavado con Su preciosa sangre, ha escrito mi nombre en el libro de la vida. Ahora solo vivo para adorar y glorificar el Cordero de Dios. Apocalipsis 5:6-14, 7:9-17

Los primeros discípulos fueron atraídos por la revelación del Cordero de Dios. Hoy por hoy el Padre sigue revelando al Cordero Santo a través de sus hijos sobre la faz de la tierra. Debemos ser como los primeros discípulos, que de inmediato comparten su experiencia de su encuentro con Jesús. No nos quedemos callados y no nos avergoncemos de lo que somos, hijos felices de Dios.

Adoremos, glorifiquemos y sirvamos con todo nuestro corazón al Cordero Santo de Dios, porque para eso fuimos llamados.

No hay comentarios: