jueves, 12 de noviembre de 2009

7. Pasos con Pesos

La oración estratégica es una oración de guerra para tener un evangelismo eficaz. En todos los proyectos de alcance y extensión del Reino se necesita dinero para concretarlos, y ahí es donde la iglesia tiene una participación material y no nada más espiritual a través de la intercesión. Debemos crecer en la gracia del dar. Los pasos del evangelismo necesitan pesos para avanzar, y no detenerse y estancarse. 2 Corintios 8:1-15


Las iglesias de Macedonia tenían la gracia del DAR (v.1).
Estaban en medio de las pruebas más difíciles (v.2). Su alegría se desbordaba, porque estaban confiados en Dios y sus promesas. Su condición era de pobreza extrema. Pero eran inversionistas del Reino, sembraban con abundancia porque conocían las promesas de Dios.

Recordemos el Salmo 37:19 “En tiempos difíciles seremos prosperados” “En épocas de hambre tendremos abundancia”.

¿Cómo sembraron los Macedonios? (v.4)
De manera espontánea, lo que podían, más allá de lo que podían, para ellos era un privilegio sembrar en el Reino de Dios. Cuando damos una ofrenda de corazón, nos entregamos a nosotros mismos como al Señor, y su iglesia (v.5).

¿En qué debemos sobresalir? (v.7)
En la fe; en nuestras palabras; en la dedicación; en amor hacia los demás, hacia los que predican el evangelio; en la gracia del dar. Debemos sobresalir en todo. El ser generosos prueba nuestro amor sincero a Dios y su iglesia (v.8).

Por eso debemos demostrar nuestro amor a Dios de manera permanente a través de los diezmos y las ofrendas, para que los viven del evangelio no les falte el pan y tengan una vida digna de un siervo de Dios, primeramente a los de la congregación donde nos reunimos. Gálatas 6:6, 1Timoteo 5.17-18.

Muchos proyectos de evangelismo han sido truncados por causa de la avaricia en el corazón del pueblo de Dios. La única manera de arrancarlo de nuestro vida es diezmando y ofrendando hasta que nos deje de doler y se convierta en un placer y gozo al hacerlo. Lo único que deja la avaricia es muerte. Romanos 1:28-32.

No perdamos la oportunidad de bendecir a otros a través de la gracia del dar.

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