domingo, 10 de mayo de 2009

Clase 29 - GC 2008

TRES RAZONES PARA FRACASAR

Dios nos ha dado una orden: “No amen al mundo ni sus cosas”
El amor al mundo se refleja en los deseos hacia sus cosas. Si no limpiamos nuestro corazón, nos sentiremos atraídos hacia el mundo y sus placeres pasajeros.

(1) Los malos deseos de la carne
Son las debilidades y las pasiones de la vieja naturaleza humana como la inmoralidad sexual, masturbación, lesbianismo, homosexualismo, comer sin control, dejar de comer, comer y luego vomitar para no engordar, alcoholismo, farmacodependencia, tabaquismo, entre otros. David y Betsabé, Goliat y Dalila, Amnón y su Hermana, son claros ejemplos bíblicos. 2 Samuel 11, 12 y 13. Jueces 16

(2) La codicia
El amor hacia el dinero y dar el primer lugar a los valores materiales es el principio de un fracaso espiritual, porque los lleva a promover planes desordenados para hacer riquezas y la envidia.

También la codicia se refleja en la avaricia, en el amor al dinero, en la rebeldía de no diezmar y ofrendar de lo que Dios te ha bendecido en el trabajo. Cuando no diezmas estas diciéndole a Dios que no necesitas Su bendición porque todo lo que has ganado se debe solo a tu esfuerzo. Para ese ladrón roba-diezmos su dios es el dinero y no entrará al Reino de los cielos.

(3) El orgullo
Es el amor hacia las posesiones. Con ellas se sienten jactanciosos, fanfarrones, altivos que los llevan a confiar solo en sí mismos y no en Dios principalmente.

Tienen amor al prestigio y al poder. Buscan con ansias el reconocimiento del hombre.

Son tres razones muy sutiles para fracasar en el cristianismo. Debemos estar alertas para no caer en estas trampas que el mundo ofrece. Estas tres razones también llevan al fracaso al matrimonio y la familia.

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