RECUPERANDO LA COMUNION
La comunión con Dios es como el oxigeno para seres vivos, donde sin el preciado elemento no es posible vivir, lo mismo sucede en la relación con Dios, por lo tanto debemos ponerlo en primer lugar y cuidar de no perderla.
Nuestra relación con Dios es en tres áreas: Su Espíritu, Su Palabra y Su Cuerpo, y los tres son uno. Significa lo siguiente:
Su Espíritu – la oración íntima.
Su Palabra – Leerla, estudiarla, meditarla, memorizarla y obedecerla.
Su Cuerpo – Congregarme, convivir y servir.
En estas tres áreas debo mantenerme en unidad con el Señor y permanecer. Como cristianos ya no practicamos el pecado que hacíamos antes de conocer a Cristo Jesús, pero se puede caer en otros errores que debemos evitar.
Los creyentes pueden pecar de la siguiente manera:
· Odiando al prójimo. – 1 Juan 2:9-11
· Desobedeciendo. – 1 Juan 2:3-6
· Por falta de Fe, no creerle a Dios. – Romanos 14:23
· Por hacer o hablar cosas injustas. – 1 Juan 5:17
· Por no hacer lo bueno sabiéndolo hacer. – Santiago 4:17
Jesús nuestro abogado. – 1 Juan 2:1-2, Hebreos 7:25
El Señor es nuestro más grande intercesor y abogado delante de Dios que se pone en la brecha por los cristianos. Ruega para que alcancemos misericordia, es decir, otra oportunidad para que alcancemos el perdón y nos mantengamos en comunión con el Padre celestial.
Debemos recuperar la comunión con Dios a través del arrepentimiento, la confesión del pecado y apartarnos de el para no volver pecar. 1 Juan 1:9 y Proverbios 28:13
Una conciencia limpia. - Hebreos 10: 19-22
Acerquémonos con libertad al trono de la gracia por medio de la sangre de Cristo con una conciencia limpia libre de culpabilidad y un corazón sincero. Recuperemos nuestra comunión con Dios y con los demás.
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