CONTENIDO:
1. Oportunidades para prosperar
2. Estímulo a sembrar con generosidad
3. La avaricia
4. La parte del hombre
5. La parte de Dios
6. Bendición que enriquece
Tema 1
OPORTUNIDADES PARA PROSPERAR
Salmos 37:19, 21, 25.
Las oportunidades para prosperar son los tiempos difíciles y de hambre. Los hijos de Dios pertenecemos a otro Reino. Debemos pensar, hablar y actuar de acuerdo al Reino que somos.
“La renovación mental” es cambiar la manera de pensar de éste mundo y pensar de acuerdo al Reino de Dios. El Reino de Dios piensa, habla y actúa diferente a la corriente de ésta sociedad.
El sistema financiero es también diferente, porque lo hacemos por amor y por fe. Las estrategias financieras son para que prosperemos y la gocemos.
Parte de la renovación mental es quitar la mentalidad mezquina y de avaricia. En la avaricia reina el “yo” y no Cristo Jesús. La gente le entrega todo a Dios, menos su cartera, porque el dinero es su dios, y lo aman. 1 Timoteo 6:9-10.
El amor al dinero te desvía de la fe, y sufres por ello. Porque dejas de confiar en Dios, porque te concentras en la riquezas como lo más importante de tu vida. Dios desea prosperidad en todas las áreas: en nuestra relación con Él, en nuestro espíritu, alma y cuerpo; matrimonio y familia; finanzas; en todo. El propósito de la provisión abundante de Dios es para que lo disfrutemos al máximo, para que compartamos con generosidad lo que nos a ha dado. 1Timoteo 6:17-19
1. Los inversionistas del Reino
Los grandes empresarios son grandes inversionistas que inyectan su dinero en grandes proyectos. Si no invierten no ganan.
En nuestra sociedad siempre hay riesgos para invertir, porque no siempre se gana. En el Reino de Dios siempre se gana, porque vamos a la segura. “Lo que siembras, cosechas”.
Los inversionistas del Reino siempre buscan oportunidades para sembrar, porque son visionarios. Saben que la mejor tierra para sembrar es el Reino de Dios.
Todas las promesas de Dios son para los justos, los que aman y practican la justicia, que significa obedecer a Dios en todo. “Los diezmos y las ofrendas” es un acto de justicia, porque Dios nos lo pide y nosotros obedecemos por amor a Él.
Si cumplimos ésta parte que nos pide, podemos vivir tranquilos y seguros con más de ocho mil promesas a nuestra disposición.
El diezmo y la ofrenda son nuestros maestros contra el egoísmo y la avaricia. Deuteronomio 14:23b (Paráfrasis) El propósito de los diezmos es que aprendas a poner a Dios siempre en el primer lugar de tu vida.
Gran parte de la Biblia habla de finanzas ó dinero. Jesús habla del diezmo, Mateo 23:23 nos recomienda que no debemos dejar de hacerlo.
Tres cosas que Jesús nos aconseja que practiquemos siempre: (1) El amor de Dios (misericordia), (2) La justicia (Diezmar, ofrendar), (3) Fidelidad (confiar en Dios y ser confiable). - Dios confía en nosotros en que practicaremos toda su Palabra.
También Jesús se refirió con la frase: “Dar a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”. César – impuestos; Dios – diezmos y ofrendas.
Dios quiere que prosperemos en medio de las dificultades, crisis y carencias. Cuando la avaricia y el egoísmo ya no son nuestro dios, entonces podremos aceptar el reto de Dios cuando dice: “Pruébame”. Malaquías 3:10. Nos reta a poner a prueba el principio del diezmo y la ofrenda.
2. ¿Qué debemos probar?
Que cielos se abren, bendición sobreabundante, protección divina, cosecha, la gente nos dirá “dichosos”, nuestra familia será encantadora, deseable. Cuando no diezmas y ofrendas, la maldición es todo lo contrario a lo antes mencionado.
Toda la Biblia habla de dinero y del lugar que debe tener en nosotros. Hay muchísimas promesas de bendición para los justos. Los que practican la justicia viven en justicia, es decir, con una conciencia limpia ante Dios.
Diezmar y ofrendar es un acto de justicia. ¿Mi conciencia esta limpia ante Dios? ¿Le estoy robando? ¿Qué le robamos? - La oportunidad de bendecirnos y protegernos.
El diezmo y la ofrenda definen el primer paso de la bendición o la maldición para nuestra vida y familia. Si vivimos en justicia y la practicamos entonces somos justos, porque la justicia se practica con la obediencia a la Palabra de Dios.
3. Promesas bíblicas
Salmo 37:19
En tiempos difíciles seremos prosperados; en épocas de hambre tendremos abundancia.
Salmo 37:21
Los justos damos con generosidad. DAR – semillas, ofrendas.
Salmo 37:25
Los justos no viven en la miseria. Sus hijos no mendigan el pan.
Proverbios 3:9-10
Diezmar y ofrendar es una manera de honrar a nuestro Padre celestial. Nuestros graneros y bodegas estarán rebosando. Los primeros frutos… esto nos enseña que antes de gastar las ganancias o el fruto de nuestro trabajo, primero debo apartar el diezmo y la ofrenda. En segundo lugar somos nosotros y podemos usar el resto para cubrir nuestras necesidades.
Proverbios 11:24, 25
Debemos ser generosos para DAR (ofrendas, semillas). La avaricia solo lleva a la miseria económica y familiar. El generoso prospera. Lo que siembras cosechas.
Proverbios 21:26
Los justos damos con generosidad.
Proverbios 22:9
Los generosos somos bendecidos.
Proverbios 10:3
Los justos no nos quedaremos sin comer.
Tema 2
ESTÍMULO A SEMBRAR CON GENEROSIDAD.
2 Corintios 8:1-15
Las iglesias de Macedonia tenían la gracia del DAR (v.1). Estaban en medio de las pruebas más difíciles (v.2). Su alegría se desbordaba, porque estaban confiados en Dios y sus promesas. Su condición era de pobreza extrema. Pero eran inversionistas del Reino, sembraban con abundancia porque conocían las promesas de Dios.
Recordemos el Salmo 37:19 “En tiempos difíciles seremos prosperados” “En épocas de hambre tendremos abundancia”.
¿Cómo sembraron los Macedonios? (v.4)
De manera espontánea, lo que podían, más allá de lo que podían, para ellos era un privilegio sembrar en el Reino de Dios. Cuando damos una ofrenda de corazón, nos entregamos a nosotros mismos como al Señor, y su iglesia (v.5).
¿En qué debemos sobresalir? (v.7)
En la fe; en nuestras palabras; en la dedicación; en amor hacia los demás, hacia los que predican el evangelio; en la gracia del dar. Debemos sobresalir en todo. El ser generosos prueba nuestro amor sincero a Dios y su iglesia (v.8).
1. Transferencia de riquezas (v.9)
Jesús tomó nuestra pobreza y nos dio su riqueza. Antes éramos pobres, ahora somos ricos en Cristo Jesús.
Los macedonios eran los primeros en dar y lo hacían con mucho entusiasmo (v.10-12). Mantengamos siempre el entusiasmo en el momento de sembrar. Sembrar en el Reino de Dios es contribuir a que su Reino se siga extendiendo sobre la tierra.
Lo que puedas dar, ¡hazlo!!! Dios acepta con agrado tus ofrendas de corazón y con alegría. Dios no espera que demos lo que no tenemos. Él provee la semilla al sembrador.
Hay igualdad cuando sembramos (v.13-15). Ahorita tienes y suples al que no tiene ó tiene poco. La abundancia de ellos suple lo que necesitas. Aprendamos a dar, dando. En la abundancia o en la escasez no dejemos de hacerlo. En los tiempos difíciles o de escasez es cuando más debemos sembrar en el Reino de Dios.
2. Las promesas de fe
2 Corintios 8:11-12; 9:5
Dios pone el querer y el hacer en nosotros. “Es hacer un compromiso de dar cierta cantidad ($$) ó cosas para un objetivo específico, en un período de tiempo”.
Debemos cumplir de buena gana lo que propusimos. Cualquier tipo de promesa debemos cumplirla al Señor. Deuteronomio 23:21-23.
¿Qué hacen con el dinero que sembramos en la congregación? (V.19-20)
El liderazgo que maneja las finanzas en la congregación tenemos un compromiso con Dios y debemos honrarlo con el buen manejo o buena administración de los diezmos y ofrendas recibidas. Debemos hacer lo correcto delante del Señor.
Las ofrendas sirven para comprar terrenos, construir, dar mantenimiento, comprar equipo de sonido, computadoras, pagar renta, dar un sueldo a los que trabajan en la congregación, entre otras cosas.
No caigamos en el error de la crítica (v.20). El egoísmo y la avaricia buscan excusarse para no diezmar y ofrendar a través de la crítica. Debemos cumplir con la orden de Dios en el área de los diezmos y las ofrendas, para que nuestra conciencia este limpia y estemos seguros de Su bendición y protección. Dios pedirá cuentas al liderazgo porque todo le pertenece a Él.
3. Sembrando con generosidad
2 Corintios 9:6:15
El tamaño de tu semilla es el tamaño de tu cosecha. Tú decides en tu corazón la cantidad que vas a sembrar. No siembres de mala gana ó por obligación. Dios no ama esta actitud. Dios ama al dador alegre, que siembra con entusiasmo.
Beneficios del dador alegre
Dios hace que toda gracia abunde para darnos muchas cosas, para que tengamos lo necesario y en abundancia, en cualquier circunstancia.
Dios da la semilla que se siembra y el pan que nos alimenta (v.10). Nos da todo lo necesario y hará que cada vez más tengamos más y más, para que podamos ayudar a otros. Nos hará ricos para que demos en abundancia y Su Reino se extienda en la tierra (v.11). Poco a poco ve aumentando el tamaño de tu semilla y ve el tamaño de tu cosecha.
Dar generosamente es una demostración de servicio (v.13). Nuestras semillas bendicen a los que sirven en el Reino y viven del evangelio, porque solo se dedican a predicar y pastorear.
4. El tiempo de la buena cosecha
Lucas 12:13-21
Los principios financieros del Reino de Dios son para aplicarse siempre, no de vez en cuando. Llegará el momento de cosechar lo que sembraste, de obtener ganancia del trabajo de tus manos.
¿Qué debemos hacer cuando llegue ese momento?
Diezmar y ofrendar.
Debe formarse un hábito en nosotros, hasta eliminar la avaricia y el egoísmo que haya en nuestra vida. La avaricia y el egoísmo quieren tener más y más, es su máximo deseo. Creen que así serán felices. Su vida gira alrededor del dinero.
Tema 3
LA AVARICIA
Parte del plan de Dios es nuestra prosperidad. El gran obstáculo del plan es la avaricia.
Lucas 12:13-21, Jesús nos habla de dos hermanos que se pelean por dinero. La raíz de la mayoría de los problemas es el amor al dinero y la falta de el. Por eso vemos hermanos que se pelean, matrimonios destruidos, niños sin educación, prostitución, robos, entre otros.
La raíz de todos los males: “el amor al dinero”. También, la falta de dinero, trae muchos problemas. Jesús comienza su enseñanza sobre el dinero: “cuídense de la avaricia”, porque es el método desordenado para hacer riquezas. Dios rechaza la avaricia.
La gente con avaricia trabaja para hacer riquezas y por eso roban, mienten, estafan, fomentan guerras, destruyen familias, venden drogas y alcohol, no les importa el daño que hacen, sólo les importa aumentar sus riquezas.
Debemos cuidarnos del “espíritu de Avaricia” y no de las “riquezas”. La Biblia enseña el plan para hacer riquezas que no daña a nadie, no es desordenado, solo bendice y dignifica a todos.
Jesús enseñó que la vida no consiste en la abundancia de bienes. El dinero puede ser bendición o maldición. Depende de quien lo posea. Puede ser destrucción, por no saber administrarlo.
Necesitamos entendimiento para tener dinero. Necesitamos conocer el propósito para lo cual fue hecho el dinero.
Tener una buena relación con Dios te ayuda a disfrutar de una familia, de salud, de amigos, de poder amar y ser amado. El dinero puede ayudar a disfrutarlo, pero no lo puede comprar. Hay gente con dinero, pero con vidas y familias amargadas.
El dinero sirve para vivir una vida más cómoda y ayudar en la obra de Dios. Recordemos que Jesús dijo que la vida no consiste de los bienes que se posee.
1. ¿En qué consiste la vida de la gente?
Mateo 4:4, Jesús le respondió a Satanás:
“Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
La Biblia nos enseña cómo tener una buena relación con Dios, que tenemos vida en Cristo Jesús y cómo podemos disfrutar al máximo esa vida con el dinero.
La Biblia dice: “Que viviremos por fe en la palabra de Dios”, pero se nos olvida. Debemos vivir por lo que Dios ha dicho.
Yo soy rico porque Dios lo dijo y lo creo. La vida cristiana consiste en vivir por la palabra de Dios, vivir creyéndole a Dios porque su Palabra nunca deja de ser, es eterna y poderosa.
2. El plan financiero de Dios
La parábola de Jesús en Lucas 12:13-21, nos relata a un hombre muy rico que tuvo que agrandar sus bodegas por la prosperidad de su negocio.
Se sintió un hombre realizado por sus riquezas y pensó que ya no necesitaba trabajar más. Dios lo llamó “necio” porque el hombre dijo: 19“Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.”
¿Acaso Dios no quiere que disfrutemos las riquezas?
¿Por qué Dios lo llamó necio?
¿Qué dice la Biblia al respecto?
Eclesiastés 5:18-19
Salomón el hombre más sabio y rico que Dios ha tenido sobre la tierra, nos enseña que es bueno comer y beber lo que no hace daño al cuerpo. Es bueno gozar del fruto de nuestro trabajo.
Hay que “Disfrutar el fruto de nuestro trabajo” para no mendigar y tampoco robar, sino por el privilegio y dignidad de nuestro trabajo debemos gozar el dinero que nos pagan o ganamos.
2 Tesalonicenses 3:10-12
Cada persona de su trabajo debe comer. El carpintero de la carpintería. El zapatero de los zapatos. Los que predican el evangelio del evangelio.
El trabajo es un servicio a otra persona. Nos da el derecho de recibir una justa remuneración. Todo cuesta, nada es gratuito.
En la iglesia de Tesalónica había ociosos que no querían trabajar, eran personas chismosas y metiches. La pereza es un pecado. Proverbios 24:30-34, nos enseña de un campo sin fruto, por no trabajar.
El plan de Dios es que el hombre trabaje, es una orden. Adán desde el principio trabajaba en el Edén. Los que no trabajan están en desorden, no obedecen la orden de Dios, son faltos de entendimiento.
Proverbios 24:30-34 - Un campo sin fruto.
El hombre no trabajó en el tiempo de la siembra. Descuidó el campo. No recogió nada. Aunque ore, ayune, confiese la palabra, no recogerá fruto.
¿Por qué? - Porque violó la ley de servir a otros. Se durmió a la hora de sembrar. Con el fruto del campo, pudo haber servido a otros, y cobrar por sus servicios.
El plan de Dios es: “Trabajar y disfrutar el fruto de nuestro trabajo”. Trabajar con honestidad, bendiciendo a otros con nuestro trabajo.
Tema 4
LA PARTE DEL HOMBRE
El dinero no es la felicidad, no es el centro de nuestra vida, no es nuestro amor. Es un medio para disfrutar la vida, porque sin el no comes, no compras ropa, no haces nada.
El trabajo honesto genera ingresos (dinero). También la codicia genera ingresos (dinero). ¿Cuál es la diferencia? El trabajo honesto trae bendición de Dios y la codicia trae maldición.
El plan de Dios es que disfrutemos el fruto de nuestro trabajo, de todo el ingreso, hay una parte que nos corresponde y hay una que le pertenece a Dios.
Eclesiastés 2:24 (NVI)
“Nada hay mejor para el hombre que COMER y BEBER, y llegar a disfrutar de su trabajo. He visto que también esto proviene de Dios,...”
Dios bendice a la humanidad por su mano generosa para que tengamos las cosas básicas. Dios espera que seamos sabios trabajadores y administradores.
Algunos dicen: “Trabajo duro y fuerte cada día, tengo mi negocio, pero no prospera y no me alcanza para disfrutarlo”
¿Qué es lo que está pasando?
¿Por qué recibo poco?
El evangelio de Jesús trae buenas noticias a los pobres. Trae un estilo diferente de vida. Trae vida abundante.
Juan 10:10 (NVI)
“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.”
Dios quiere que vivamos saciados en todo. Que tengamos en abundancia comida, bebida y gozo. La mano de Dios es muy generosa.
2 Pedro 1:3 (NVI)
“Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.”
Todo lo que necesitamos nos ha sido dado: casa, comida, carro, ropa, familia, dinero, entre otros. La mano generosa de Dios nos lo ha dado todo en abundancia para compartir con otros. La escasez no viene de Dios.
Salmo 103:1-5
> Debemos conocer que Dios es Dios.
> Perdona todas las iniquidades.
> Sana todas las dolencias.
> Suple todas nuestras necesidades.
> Estamos completamente saciados de todo bien.
¿Para qué?
Para que lo disfrutemos. Por lo tanto, debemos ser agradecidos.
Recordando la parábola de Jesús, Lucas 12:13-21, los hermanos se pelean por la herencia. Cuidemos nuestro corazón de la codicia.
El hombre rico dijo: v. 19 – “Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” Dios le dijo: ¡Necio!
¿Dónde estuvo su mal ó error?
¿Qué hizo?
¿Qué dejó de hacer?
¿Por qué lo llamó necio?
Tema 5
LA PARTE DE DIOS
¿Cuál fue el error del hombre rico?
Eclesiastés 5:19 (NVI)
“Además, a quien Dios le concede abundancia y riquezas, también le concede comer de ellas, y tomar su parte y disfrutar de su trabajo, pues esto es don de Dios.”
Todo es de Dios. Si trabajamos sabiamente, Dios remunera nuestro trabajo, nos concede tomar nuestra parte. Significa que no todo es nuestro. Nuestra parte la podemos disfrutar, la otra parte, le pertenece a Dios. El hombre rico, no estaba pensando en la parte que le pertenece a Dios.
Muchos ricos de hoy viven una vida sin sentido. Otros, de repente lo pierden todo. Les pasan cosas que el dinero no puede resolver, ¿Por qué?, porque se olvidan de la parte que le pertenece a Dios.
¿Qué le pertenece a Dios? - Los diezmos y las ofrendas.
Hay cinco cosas que debemos hacer con las riquezas: diezmar, ofrendar, comer, beber y gozar. No es raro que tengamos cinco dedos en la mano, y esto nos recuerda la buena administración: Dar a Dios su parte y luego tomar mi parte.
¿Estará bien que primero tome mi parte y luego le dé a Dios?
Lo correcto es primero le doy a Dios su parte y luego tomo mi parte.
¿Quién es tu Dios?
¿Eres tú, ó el Dios de la Biblia?
El que sea Dios de entre los dos, debe sacar primero su parte. Si tú eres dios, primero saca tu parte. Si Dios es Dios, saca primero Su parte.
Filipenses 3:19 (NVI)
“Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos (su dios es el estómago), y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.”
¿Por qué su dios es el estómago?
Porque con la bendición de Dios, primero compran “comida y bebida”. Si primero es Dios en nosotros tenemos su bendición total y Su bendición enriquece y no añade tristeza.
Al hombre rico de la parábola, las riquezas le trajeron muerte, quiso comerse y beberse la parte de Dios, esa fue su necedad y el resultado fue que rompió el pacto de bendición.
1. Pacto de bendición
Dios llena nuestras manos de bendición para que primero pongamos la parte que le pertenece a Él. Ésta acción nos mantiene dentro del pacto de la bendición financiera.
¿Cuál es nuestra responsabilidad?
Darle primero a Dios su parte, diezmos y ofrendas.
¿Cuál es nuestro privilegio?
Comer, beber y gozar nuestra parte.
El orden correcto:
1° La parte de Dios: 1) Diezmar 2) Ofrendar
2° La parte del hombre: 3) Comer 4) Beber 5) Gozar
¿Estás batallando con la necedad, como el hombre rico?
¿Quién es tu Dios? ¿Tú o el Dios de la Biblia?
¿Quieres ser próspero en todo? Pon en orden las dos partes.
Tema 6
BENDICIÓN QUE ENRIQUECE
Cada tiempo tiene sus modas: chupa cabra, narco-satánicos, las mujeres de Juárez (aún vigente), video-corrupción, impunidad, enriquecimiento ilícito, entre otros. Toda mafia busca enriquecerse de la manera equivocada. Ellos miran la comodidad que el dinero les puede dar, no importándoles la manera de obtenerlo. La raíz de todo mal es el amor al dinero.
¿Con qué ojos miramos el dinero?
¿Con avaricia?
¿Cómo un simple instrumento para hacer negocios?
1. Llamados a la bendición
1 Pedro 3:8-15
Llamados a Heredar una bendición. Significa: prosperidad, don, presente, bendecir con abundancia, generoso, bienaventurado. La bendición viene del cielo hacia nosotros.
¿A qué dirección llegará la bendición?
Según el Salmo 133, puede llegar a la calle de la “Armonía”, del fraccionamiento “La paz”.
Dios envía su bendición donde hay armonía: Con Dios, Contigo mismo. Con los demás.
1 Pedro 3:8-15
El apóstol Pedro nos da consejos a considerar en nuestro diario vivir: Vivan en armonía; Bendigan; Refrena tu lengua (días felices); Haz el bien; Busca la paz; No temas (ten fe); Honra a Jesús en tu corazón como Señor. La mejor manera de honrar a Jesús es con la obediencia.
Efesios 1:3
“Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestes con toda bendición espiritual en Cristo.”
Hemos heredado toda la bendición, ya es nuestra, porque el testador ya murió. Cristo murió para que pudiéramos recibir nuestra herencia. Su muerte no fue en vano, fue con un propósito, darnos vida en abundancia.
2. Tomando la bendición
Para disfrutar la bendición se necesitan tres puntos básicos bíblicos: Muerte del testador, armonía y obediencia.
El primer punto Jesús ya lo cumplió, pago con su vida la deuda que teníamos con Dios a causa del pecado. La segunda y la tercera nos corresponden a nosotros. La bendición ya no depende de Dios, sino de nosotros.
La armonía tiene que ver con Dios, tu interior y con el prójimo. La obediencia tiene que ver con Dios. La dirección para que llegue la bendición es la armonía y el canal para que fluya es la obediencia.
Direcciones equivocadas:
Discordia, enemistad, rencor, amargura, resentimiento, falta de perdón, pleitos, soberbia, robar diezmos, y toda obra de la carne, Gálatas 5:19-21 y Efesios 4:17-19.
3. La obediencia
El canal para que fluya la bendición es la obediencia. La bendición ya no depende de Dios, sino de nosotros.
Santiago 1:25 – Nos enseña que debemos ser hacedores de la Palabra y no solo oidores. El hacedor recibe bendición al practicarla. Obediencia trae bendición y la desobediencia trae maldición.
La desobediencia te arruina la vida. Dios desecha a los desobedientes. La desobediencia es como la anarquía y ésta trae destrucción familiar y cualquier nación. 1 Samuel 15:22-23, Deuteronomio 29:19-20
La anarquía es la ausencia de un gobierno (Rey). Es desorden. Es confusión por falta de dirección. Es Hacer lo que mejor te parece, tu propio criterio y no el de Dios. La desobediencia trae maldición. Muchas familias están así. ¿Haces lo que quieres ó solo la voluntad de Dios?
4. Bendición de Dios
Proverbios 10:22 NVI
“La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse.”
Proverbios 10:22b Paráfrasis
“...todo nuestro afán nada le añade.”
Proverbios 10:22b RVA
“...y no añade tristeza con ella.”
Todo esfuerzo humano es en vano para enriquecerse sin la bendición de Dios, en cuanto a la economía, el matrimonio, la familia, la vida personal.
La bendición de Dios a través de Cristo Jesús no deja en nosotros: dolor, tristeza, preocupación, enojo, heridas, discordias, asperezas, esfuerzo doloroso. Su bendición solo nos enriquece (acumulación al máximo).
Ejemplos sencillos:
a. Economía
ORDEN DE DIOS: Diezma y ofrenda.
NOSOTROS: Obediencia.
RESULTADO: Bendición que enriquece.
b. Matrimonio
ORDEN DE DIOS: Esposo – ama a tu mujer.
Esposa – respeta y sométete a tu marido.
LA PAREJA: Obedece / Armonía.
RESULTADO: La bendición de Dios enriquece la
relación matrimonial.
c. Familia
ORDEN DE DIOS: Padres – amen a sus hijos, instrúyalos,
disciplinen en amor.
Hijos – honren a sus padres.
PADRES E HIJOS: Obedecen / Armonía
RESULTADO: Bendición que enriquece la relación
entre padres-hijos-padres.
La riqueza no es solo dinero, posesiones materiales, porque es temporal. La bendición de Dios es eterna. Por supuesto que también podemos tener dinero y posesiones, pero no es nuestro afán, solo es resultado de la bendición.
Ahora mismo en Cristo somos ricos. Porque la bendición de Dios es la que enriquece. Jesús tomó nuestra pobreza y nos dio Sus riquezas. 2 Corintios 8:9
La bendición ya no depende de Dios, sino de nosotros. Dios en Cristo Jesús entregó toda su bendición. La bendición fluye en el canal de la obediencia y la armonía, y eso depende de nosotros.
Solo hay dos tipos de familias:
Benditas – Ricas: Las que viven en un pedazo de cielo.
Malditas – Pobres: Viven en un pedazo de infierno.
¿Cómo está tu vida personal?
¿Cómo está tu matrimonio?
¿Cómo está tu relación con tus hijos?
¿Cómo están tus finanzas?
¿Caos, desorden, pobreza?
Todo esto se arregla con la bendición de Dios. Fuiste llamado a heredar la bendición completa. Está por demás decir: “Dios te bendiga”, porque Dios ya lo hizo al morir Cristo Jesús y resucitar al tercer día y vive por siempre. Cuando creemos éste mensaje, Dios nos da Su bendición, pero solo podemos disfrutarla a través de la obediencia.
¿Quieres vivir bajo maldición?
Solo desobedece a Dios, Deuteronomio 28:15
¿Quieres vivir siempre en bendición?
Obedece y mantén la armonía, Deuteronomio. 28:1-14.
Hoy es tiempo de arrepentimiento, perdón, cambiar, demostrarlo y mantenerse. No olvidemos: La bendición ya no depende de Dios sino de mi obediencia a Él.
Nosotros escogemos nuestro destino financiero aquí en la tierra a través de la obediencia o la desobediencia, para vivir en bendición o maldición.
¿Qué espíritu tenemos? ¿De generosidad o avaricia?
¿Quién es nuestro Dios? ¿Dios o el dinero?
Si es Dios, demuéstralo con tus diezmos y ofrendas.
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